Si supieras

Si supieras,
que con tu aliento vivo
y que toco,
a través de tus manos,
aquel sentimiento sombrío.
Si supieras,
que con tus ojos puedo ver,
que te dibujo en madrugada,
sólo si supieras 
que ya no tengo nada.
Ya ves, 
asesiné la melancolía 
que aturdía mis pensares.
Ya ves,
expiró la nostalgia,
esfumándose cual polvo,
volátil y mágica.
Ya ves,
lo tengo todo y no tengo nada.
Un espíritu forjado
que ha luchado
pero que hoy, verás,
ya te ha olvidado.

Interpretados

Multifacéticos. Ajenos a nuestra memoria, provocamos actos de los cuales nunca fuimos partícipes. 
Inconscientes. Seres desmedidos, bipolares, autistas. Poseemos patologías múltiples.
Prevalece, mientras tanto, la ingenuidad de miradas inertes que se esconden bajo algún rayo de sol. El gran muro retumba, tras la acústica rotunda de las voces que configuran nuestro sistema. Los mismos que gritan libertad acallan los deseos vecinos, perpetuando la sombra en sus ya gastados sueños. 
Las extensiones del cuerpo se vuelven voluntad del poder. Y mientras las manos dibujan garabatos, las piernas intentan correrse de tanta mentira, los oídos idealizan melodías, los ojos ven en la introspectiva de una reminiscencia olvidada. Pero los labios, ellos se sellan cual pacto de honor. Prometen lealtad y respeto a la voluntad, la creencia y una ilusión que aún no le pertenece.