miércoles, 19 de junio de 2013

Noción

Fueron desintegrándose los ecos que emergían de la luna. 
Como las hojas que se pierden con la brisa recorriéronse las manos en el tiempo. Me parece aún ver los movimientos en pugna por prevalecer.
El devenir de una ausencia arrepentida agrieta los recovecos que ahora se muestran vacíos de vida. Cosa extraña el tiempo que marcha sin voltear la vista pero que, sin embargo, abre puertas onduladas de un pasado recurrente. 
Resulta aturdidor atrapar un sentido en medio de tanto caos. Quizás el sentido dependa de un tiempo que lo transforme. Tal vez, el caos es metamorfosis, es muerte y vida a la vez. Así tendrá un motivo la mirada retraída o el abrazo transparente. 
Puede que las fluctuaciones degeneren la percepción de las cosas, que provoquen un desarraigo que nos pierda por completo. Mas esos sube y bajas que juegan a quién cesa primero abrirán paso a nuevos ecos que no caerán de la luna, sino que treparán hacia el sol.