domingo, 1 de diciembre de 2013

Buscando ser

Así sucede. Lo cotidiano nos hunde. Transforma nuestras manos creadoras en respuestas automáticas. Desconecta las retinas de la sensibilidad. Sucede, sin más, hasta alienarnos.
Entonces.. ¿cuándo somos?, ¿qué somos?, ¿cómo somos? 
La frontera que delimita el sentir de la razón esconde en sus vastos recovecos los misterios más promisorios. Aquellos horizontes a los que tememos y evitamos para no perdernos, pretenden eyectarnos hasta la brutalidad más honda del sentido. Parece ser que allí reside una oscuridad profunda, un eco desolador, una verdad que retumba hasta explotar en la voz. Cuando las pupilas acarician la crudeza de lo oculto, la piel se vuelve sobre sí y escribe. Transcribe las memorias que fueron olvidadas.
En ese desencuentro reencontrado todo es claro, tan claro para el ojo racional que resulta necesario soltarse y echarse a explorar.
Poco a poco, desterramos el pensamiento que nos humaniza y nos vuelve etéreos al mismo tiempo.

Ya no analizamos
el por qué de los encuentros.
Nos encontramos.
Estrechamos las manos
de quienes están perdidos.
Nos olvidamos y aparecemos
en un portal que unifica el sentido.

Y el sentido se vuelve carne,
los sonidos demuelen la piel,
la respiración la calma
y ésta calma, atroz y despiadada,
hace de la sensación un caos.

Caos renovador,
vanguardia burda del amor,
que ambiciona con la trascendencia
hasta volverse inmortal.
Mas sucumbimos sin miedo
a la razón que prometió regresar.
Resonamos en un destello
que huele a eternidad.

En ese instante vibramos.
Vivimos y morimos
mucho antes de despertar.
Y aquel eco 
que cruje entre los huesos
es señal de que fuimos,
de que somos
y que podemos ser en un sólo momento.






2 comentarios:

Alan Yamil dijo...

Los momentos, que demuestran lo que fuimos y lo que somos, donde la revitalización de los instantes y el vínculo cambian el ser por el somos, en un presente vivo y constante donde los anhelos de futuro no son necesarios siempre y cuando no se caiga en lo que Charly García dice en "Ojos de Videotape" ("y este mundo te dirá por siempre que es mejor mirar a la pared")... Y acá encuentro relación con la limitación que el mundo trata de imponer, y que los valores, los sinsabores, los miedos, el caos y muchos ingredientes del vivir sean el combustible para que lo imposible sea posible.
Gracias por la invitación al mundo de lo irreal pero realizable, esa contradicción que hace sentir el aire que impulsa a que los pies se suspendan en lo "igravitacional" (esta última palabra creo que no existe, igual la utilizo! jaja)...

Luján dijo...

Lo irreal no es más que un mundo posible, alternativo al nuestro. Hasta las palabras que "no existen" (como igravitacional) toman sentido allí dentro (y fuera). Gracias por visitar este mundito.