descifrar el misterio de
la quietud.
En este ir yéndome
se me vuelve ilusión
de desensillar
este transcurrir sin sombra.
Todavía no pude
escuchar el crepitar
de mi silencio.
Puede que lo que habita en mí
ya esté predispuesto
a la próxima huida,
como tomando carrera
aunque la carrera
no exista.
Todavía no pude detenerme.
Y me detengo
en lo que dije:
todavía.