Por contingencia o necesidad- puede que por una contingencia necesaria- el encierro es nuestra mejor manera de volver. El retorno se subvierte. Transmuta en un espacio sin paredes y nos asoma hacia aquel presente de puertas siempre abiertas.
A la distancia,
desde el claustro,
aparentemente en silencio
la memoria hoy se evoca de adentro hacia afuera
un interior personal
que se vuelve político
y que en el encierro colectivo
desnuda su matriz más certera:
la memoria es le otre.
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