Fue verdad que te fuiste,
sin adiós y sin prisa,
aplacando la sonrisa
pero nunca lo entendiste.
Y fue real tu partida,
encantador el recuerdo
que me alza mientras tiemblo
para no ahogarme en la prisa.
¿Dónde dejaste los años?
y aquel color, el espacio.
Sin calles y sin esquinas
quedaron mis ojos varados.
Pesa el silencio en las manos
y arde la piel de misterios,
sin cómo, por qué ni cuándo,
será que aun no lo entiendo.
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(H5)
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