La mano negra

Radiante, blanca como las estrellas
suavizada por la más estremecedora brisa,
es creadora de fantásticas historias de amor
y de espeluznantes hechos verídicos.
Pinta paisajes de ternura
con delineadas sombras cristalinas 
que asoman a un costado saludando tímidamente.
Puede adorar, acariciando bruscamente
y es filosa cual punta de espada
a la hora de asesinar los sueños.
Peina con paciencia los cabellos desprolijos de la mañana
atesora con cuidado los recuerdos bajo la almohada,
abre la ventana que da paso al brillante sol
y asesina tu garganta en el ahogo de despojarse de las pesadillas que tragó durante el día.