miércoles, 9 de mayo de 2012

El Retrato

Siendo ya una mujer, soñaba como cuando niña jugar a explotar, con sus dedos punzantes, las ideas de las personas. Todavía sigue tiñendo de sonrisas los pasillos de su vida, aunque rostros ajenos la miren con los ojos apagados.
Todas las mañanas se puede observar a su sombra peinar sus filosos cabellos mientras aguarda la llegada del primer sorbo de café que le devolvería la vida. Es muy observadora y adora vagar por las calles tratando de descifrar las muecas que van y vienen a quien sabe qué lugar. Pero no es objetiva a la hora de resolver el enigma que encubren sus rasgos. Quizás por miedo o por falta de auto-conocimiento, mas siempre encuentra la manera de esquivar esas siluetas que dibujan lo profundo de su ser.
Así pasan sus días bajo el fuego que desnuda las verdades de sus sueños y se sambuye en las noches de las letras y el aroma del café, ansiando una inesperada lluvia que despierte sus sentidos, hasta que al fin pueda descubrir aquel mundo que tanto tiene que enseñarle a un rostro que aun no se deja ver.

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