sábado, 19 de mayo de 2012

¿Qué pasaría si de la noche a la mañana no existiera el dinero?

 Cambiarían nuestros hábitos, nuestro razonamiento y hasta nuestra forma de sentir. Reiríamos más y lloraríamos sólo por cuestiones del corazón.
 Priorizaríamos la vida al descubrir que es lo más valioso. No se cambiarían cuerpos por dinero y hasta quizás la delincuencia sería una utopía.
 Tan hermosa sería la vida, que hasta vida sería !
 Se harían las compras a cambio de un gracias y se sustituirían los problemas por abrazos, en vez de pesos por dólares. 
 Cuán intrigante y alentador resulta soñarnos en un mundo sin guerras por ausencia de intereses. Seduce la idea de sumergirnos en una realidad donde no exista el hambre y donde las clases sociales se unifiquen.
 Transformaríamos el trabajo en un acto solidario a cambio de la colaboración colectiva y produciríamos una gran metamorfosis de este pequeño sistema, en una cadena de favores que se extendería sobre la faz de la tierra.
 ¿No sería fantástico que nos notifiquen que debemos mil te quieros y quinientas palabras de aliento?
 Cada vez que lo pienso, me convenzo que es posible. Creo en que algún día, el mundo se vuelva humilde y deje a un lado su egoísta hostilidad, para plagar a esta tierra de habitantes verdaderamente humanos.
Quien me oiga decir esto me creerá un tanto idealista, pero por ahora soñar es gratis.

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